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Composición de la leche materna, comparación con la leche de vaca

Imagen seleccionada para composición de la leche materna
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La leche materna es el alimento ideal para una nutrición adecuada de los bebés. Pues la composición de la leche materna consta de diversos nutrientes, tanto macronutrientes (carbohidratos, lípidos y proteínas), como micronutrientes, (vitaminas, minerales y oligoelementos).

Además, tiene un contenido de 85 a 90% de agua. Además, la leche materna contiene sustancias como hormonas, anticuerpos, factores de crecimiento y enzimas, entre otros.

Un hallazgo de data reciente ha demostrado que la leche materna es fuente de bacterias beneficiosas, que colonizan el intestino del bebé, denominadas bifidobacterias y lactobacilos. Este descubrimiento fue algo que sorprendió a muchos, pues hasta ese momento se pensaba que la leche materna era un líquido estéril, pero no es así.

Por lo anterior, es considerada un alimento completo, y los niños y niñas amamantados en los primeros 6 meses de vida no necesitan el consumo de ningún otro alimento o bebidas; así lo aseguran organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Sin embargo, hay que destacar, que la calidad de la composición de la leche materna depende del estado nutricional de la madre, y esta a su vez dependerá de su alimentación. Es por ello que la madre debe consumir alimentos como: verduras, frutas, hortalizas, legumbres, lácteos, cereales, pescados, huevos y carnes.

Así mismo, para garantizar la composición de la leche materna, las madres lactantes deben ingerir 2 a 3 litros de agua diariamente, con el objeto de favorecer la producción de leche. No obstante, el consumo de grasas saturadas y azúcares refinados tiene que ser limitado.

Otros factores que influyen en la calidad de la composición de la leche materna son la cantidad de veces y la fuerza con la que el bebé succiona, pues eso estimula la producción de la leche.

Tipos o etapas de producción de la leche materna

La glándula mamaria produce diferentes tipos de leche materna como el precalostro, que se acumula en los alvéolos en el último trimestre del embarazo. El calostro es una sustancia de color amarillo, que secretan las glándulas mamarias en un parto a término después de 4 a 7 días.

En el transcurso de 7 a 21 días después del parto, en las mamas se produce una leche de transición, cuyo volumen va aumentando hasta alcanzar aproximadamente los 700 ml/día a los 15 a 30 días después del parto.

A partir de ese momento se genera la leche madura, con un volumen de 700 a 900 ml/día aproximadamente, en los primeros 6 meses después del parto. Antes de la desaparición de la producción láctea, esta vuelve a su fase de calostro.

Adicionalmente, existe otro tipo de leche materna diferente a los anteriores, como la leche pretérmino que se encuentra en mujeres con partos prematuros.

¿Cómo varía la composición de la leche materna según sus tipos?

La composición de la leche materna, sufre cambios durante el período de lactancia, de acuerdo a los tipos de leche.

El calostro contiene carotenoides, más proteínas y menos grasas y carbohidratos, como la lactosa, que la leche madura. Su aporte calórico es de 20 kcal/30 ml aproximadamente. Es de vital importancia el suministro de este tipo de leche al bebé debido a que es fuente de anticuerpos.

Otra característica de los beneficios del calostro, es su papel fundamental al estimular la expulsión de las primeras heces del bebé. Además, aporta un contenido mayor de antioxidantes y menor de vitaminas hidrosolubles, en comparación con la leche madura.

Sin embargo, contiene más vitaminas liposolubles, inmunoglobulina, sodio, potasio, cloruro y zinc. Cabe destacar, que en el calostro se encuentran los 5 isotipos de inmunoglobulinas: IgA, IgD, IgE, IgM e IgG, aunque en mayor proporción la IgA secretora.

Posteriormente, después del parto las mamas producen una leche de transición con alto contenido de proteínas, aunque su composición sufre variaciones hasta alcanzar a la de la leche madura.

La composición de la leche materna de tipo madura se caracteriza por tener importantes cantidades de grasa y no cambiar su composición. Es decir, la leche madura es estable hasta el final de la lactancia.

Por último, la leche pretérmino, se adapta a las características del bebé prematuro. Tienen un elevado contenido de vitaminas liposolubles, inmunoglobulina A y lactoferrina. Aunque, es deficiente en lactosa y vitamina C, contiene más calorías, proteínas, grasas y cloruro de sodio.

Diferencias entre la composición de la leche materna y la leche de vaca

La composición de la leche materna se diferencia de la leche de vaca, en los nutrientes de los que proviene el aporte energético, aunque ambas aportan igual cantidad de calorías 70 kcal/100 g.

Por ejemplo, el 6 al 7% de las calorías de la leche materna provienen de las proteínas. En tanto que, en la leche de vaca representan el 20% de las calorías. También la leche materna tiene proteínas del suero como la lactoalbúmina en un 60% y de caseína 40%.En contraste, la leche de vaca contiene proteínas del suero en un 20% y la caseína en un 80%.

Cabe destacar, que la caseína produce un cuajo duro indigerible para el estómago del bebé. Pero la lactoalbúmina de la leche materna produce cuajos blandos que son más digeribles.

Otros componentes que se encuentran en mayor proporción en la leche materna, que en la de vaca, son la taurina y la cistina, siendo estos aminoácidos esenciales en los bebés prematuros.

En cuanto a la lactosa, en la leche materna su aporte de calorías es del 42%, mientras que en la leche de vaca su aporte es solo el 30% de calorías. Por su parte, los lípidos de ambos tipos de leche proporcionan el 50% de las calorías.

Sin embargo, los ácidos grasos esenciales como el ácido linoléico de la leche materna aportan el 4% de las calorías. En cambio, los de la leche de vaca solo proporcionan 1% de calorías.

La cantidad de colesterol en ambas leches también es diferente, pues la leche materna contiene 10-20 mg/dl, en comparación con los 10-15 mg/dl de la leche de vaca entera. La absorción de grasa es menor en la leche de vaca que en la materna.

Sin embargo, cabe destacar que la leche de vaca supera a la materna en el contenido de calcio, fósforo y flúor.

Importancia de la composición de la leche materna para la salud del bebé

El estado nutricional de la madre lactante afecta la composición de la leche materna y por ende la salud del bebé. Si la madre está desnutrida la leche materna también será pobre en nutrientes.En el caso de las vitaminas, estas son esenciales en el recién nacido, porque juegan un rol importante en el sistema inmunitario.

Por ejemplo, la vitamina A tiene reservas muy limitadas en el hígado y por ello la mayoría de los recién nacidos tienen un estado nutricional vulnerable.

En tal sentido, la deficiencia de vitamina A aumenta la susceptibilidad de infecciones respiratorias, lesiones en la córnea, pérdida de la visión, diarreas y se eleva el riesgo de morbimortalidad. Mientras que, la deficiencia de vitamina E al inicio de la vida, está relacionada con el incremento de riesgo de peroxidación y morbimortalidad en niños prematuros.

Así mismo, una ingesta escasa de vitamina C en la etapa de lactancia se asocia con la disminución de la capacidad de proteger ante procesos oxidativos, ocasionados por el peróxido de hidrógeno. Esto puede ocurrir en la madre y también en el bebé.

Otra deficiencia que puede afectar la composición de la leche materna, es la de minerales como el zinc. Lo que se asocia con la disminución de la velocidad de crecimiento en el recién nacido.

Por tanto, la composición de la leche materna, en una madre que se ha alimentado adecuadamente, tiene la capacidad de suplir los requerimientos nutricionales del bebé. Y por ende, contribuye con su crecimiento óptimo. Además de protegerlo contra las infecciones y otras enfermedades que suelen manifestarse en la adultez.

Algunos estudios han descrito, por ejemplo, la reducción de enfermedades como la diabetes tipo II, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, obesidad, enfermedad celíaca a largo plazo y leucemia, en los bebés que son alimentados con la leche materna.

Consideraciones finales

En conclusión, la composición de la leche materna, constituida por carbohidratos, grasas y proteínas, además de las enzimas, hace que esta leche sea más digerible y absorbible que la leche de vaca, por tanto se pueden aprovechar mejor todos los nutrientes.

Ambos tipos de leche se asemejan en la cantidad pequeña de hierro que contienen. Sin embargo, el contenido de hierro de la leche materna se absorbe en mayor proporción 50%, comparado con el 1% de la leche de vaca.

Así mismo, el zinc de la leche materna tiene mayor biodisponibilidad que el que tiene la leche de vaca. Aunque ambas leches proporcionan vitamina A en cantidad suficiente.

Sin embargo, con respecto a la vitamina E, la leche materna es una fuente más rica de esta vitamina, que la leche de vaca. Por tal motivo, los niños y niñas deben alimentarse con leche materna y sólo después del primer año de vida, pueden consumir leche de vaca.

Además la leche materna contiene bifidobacterias y lactobacilos que son probióticos (bacterias beneficiosas) que protegen al bebé de las bacterias patógenas.

Otro aspecto de suma importancia para la salud del bebé, es la nutrición adecuada de la madre, porque como ya se ha mencionado, de ello depende la óptima composición de la leche materna.

Si el bebé es alimentado con una leche materna de calidad tendrá un crecimiento adecuado, un sistema inmunitario fortalecido, un buen desarrollo de la mandíbula y los dientes, una buena cognición, en fin en líneas generales tendrá menor riesgo de padecer enfermedades crónicas.

Pese a esto, algunos estudios reportan déficit de vitaminas A, E, C, B2, B1 y minerales como calcio y zinc en mujeres embarazadas y en la leche materna. Por tal motivo, destacan la importancia de identificar y prevenir estas deficiencias antes de concebir, en la gestación y durante la lactancia.

Referencias

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  6. .Zacarías, M. Bifidobacterias de leche materna.

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